Cosmin Gârleşteanu
Rumanía
Biografía
Cosmin Gârleșteanu es fotógrafo y editor de vídeo con sede en Bucarest, Rumanía. Con formación en estudios económicos, estudió en la Academia de Estudios Económicos, sintió que quería una carrera más creativa y se orientó hacia la radio y posteriormente hacia la edición de vídeo.
Sus imágenes han sido publicadas en diversas revistas y su trabajo ha formado parte de distintas exposiciones colectivas e individuales en festivales como London, Brussels y Miami Street Photography Festivals o Eyeshot Open Call.
Su fotolibro, Bucharest, se publicó en 2023 y fue reeditado en 2025.

Proyecto
Bucarest es la exploración continua de Cosmin Gârleșteanu sobre su ciudad natal, una ciudad que en su día pasó por alto, solo para redescubrirla después como compañera en un diálogo visual en constante evolución.
Lo que comenzó como una especie de “duelo” entre fotógrafo y ciudad se transformó gradualmente en una danza de descubrimiento mutuo. Cosmin aprendió paciencia, comprendiendo que Bucarest se revela a su propio ritmo: tanto en los días nublados como bajo la luz dorada, tanto en rincones aparentemente ordinarios como en escenas llamativas.
Capturado en su mayoría a pie, a menudo con música en los oídos, el proyecto documenta las constantes transformaciones de la ciudad al tiempo que preserva la mirada infantil de asombro ante “lo que se esconde a la vuelta de la esquina”. Bucarest es a la vez un testimonio de la reinvención de la capital y un ejercicio de presencia, encontrando historias memorables justo en el umbral de la propia casa.
Para Cosmin, fotografiar Bucarest es un acto de cercanía y diálogo, una manera de sentirse turista en su propia ciudad. Con el corazón abierto y una cámara colgada al cuello, sigue caminando. A través de Bucarest.
Declaración de Artista
Cosmin Gârleșteanu es un fotógrafo y editor de vídeo afincado en Bucarest, cuya práctica visual se basa en la fotografía de calle, la observación atenta y un diálogo continuo con su entorno.
Se aproxima a lo cotidiano con curiosidad, buscando tensión poética, humor y resonancia emocional en momentos ordinarios. En lugar de escenificar escenas, Cosmin cultiva la atención: escucha, observa, espera y captura interacciones y yuxtaposiciones que revelan algo a la vez íntimo y universal.
A menudo fotografía mientras camina, con la música como compañera, confiando en la serendipia más que en un plan fijo, dejando que los detalles, lo insólito y el estado de ánimo guíen su objetivo. El humor desempeña un papel sutil pero constante en sus imágenes: no como burla, sino como una manera de suavizar distancias, de resaltar lo absurdo o lo inesperado y de recordarnos nuestras debilidades humanas compartidas.
En su práctica, la fotografía se convierte en espejo y en conversación, una forma de revelar, cuestionar y sentirse menos solo en el acto de mirar.


















